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Adolfo Linares responde a Pascal Saint-Amans (La Prensa 12-oct-2015)

Octubre 16, 2015

Ante las falsas, insolentes e irrespetuosas palabras que le diera Pascal Saint-Amans, Director del Centro de Política Fiscal y Administración de la OCDE,  durante la entrevista que le concediera recientemente en Lima, Perú sobre el compromiso que ha venido demostrando Panamá en la cooperación en materia fiscal  y sobre el discurso del Presidente Juan Carlos Varela en la ONU, me he tomado la libertad de hacerte las siguientes aclaraciones, a manera de contestación a este TIPEJO que todavía no se ha dado cuenta que Francia YA NO ES UN IMPERIO desde hace al menos 200 años, quien pareciera que todavía no entiende que las relaciones entre los países – por los menos las civilizadas- se basan en el respeto al derecho internacional público, en especial al principio de la “soberanía” y de la “igualdad jurídica” de los estados, y que , sobre todo, Panamá no es una “jurisdicción” – como lo reitera en su entrevista en una manera burlesca- ni tampoco un “país bananero” sino un país independiente y soberano y como tal exigimos el respeto que nos merecemos como un miembro responsable y con plenos derechos dentro de la comunidad de naciones y como miembro FUNDADOR de las Naciones Unidas.

En primer lugar vemos que, reconoce a “regañadientes”, el paso que ha dado Panamá en materia de intercambio de información en materia tributaria pero sigue señalando que a “…Panamá todavía le queda camino por recorrer y que otros centros financieros han adoptado un compromiso mayor”. Esta declaración es una muestra que la OCDE ni el FORO GLOBAL pretenden respetar las normas más elementales del derecho internacional público que establecen claramente que la fiscalidad y la economía son asuntos internos de cada país y por lo tanto cada país tiene el derecho de diseñar su fiscalidad y economía según más le convenga a sus intereses nacionales sino que pretende convertirse en el regulador “de facto” de la fiscalidad mundial a punta de “bullying” diplomático.     El reproche que hace de que Panamá no haya querido comprometerse, en octubre pasado, a implementar el intercambio automático según el Modelo de Convención Multilateral elaborado por la OCDE, es un desconocimiento expreso de parte de Sain-Amans de los principios fundamentales del derecho internacional público (Jus Gogens), lo que automáticamente debiera descalificarlo para liderar cualquier acuerdo multilateral en cualquier materia,  como son los principios sobre la “igualdad jurídica de los estados”, de “no intervención en los asuntos internos de los estados” y el de “libre determinación de los pueblos” y como agravante adicional, en abierta violación a la Convención de Viena  sobre el Derecho de los Tratados cuyo artículo 52 declara como nulo “…todo tratado cuya celebración se haya obtenido por la amenaza o el uso de la fuerza en violación de los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas”, en cumplimiento a la resolución que fuera aprobada en dicha Conferencia condenando solemnemente el recurso a la amenaza o al uso de la presión, en todas sus formas, ya sea militar, política o económica, por un Estado, con el fin de coaccionar a otro Estado para que realice un acto relativo a la celebración de un tratado en violación de los principios de la igualdad soberana de los estados y de la libertad de consentimiento”; así como el acápite (4) del Artículo 2 de la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas que consigna, como uno de sus principios fundamentales el que sus países miembros “se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas.”, entre otros tratados y resoluciones de derecho internacional público. Todos los países miembros de la OCDE que avalan el comportamiento de Saint Amans están violando igualmente  la carta Constitutiva de las Naciones Unidas con la agravante de estar incluidos en esta lista por lo menos tres miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que son EEUU, UK y Francia, países que por su posición, de por sí ya privilegiadas por ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad, debieran fomentar y promover los principios que sirvieron de base para construir a la ONU y no promover su destrucción como pareciera están haciéndolo y todo por la adicción que los países a los que yo llamo “INFIERNOS TRIBUTARIOS”  tienen a la rapacidad fiscal para así sostener sus políticas de “estado de bienestar”.

La OCDE, y Pascal Saint-Amans, tiene que entender que el derecho internacional público no se rige por “estándares internacionales” y mucho menos cuando estos son hechos a la medida por organismos que tienen como único interés beneficiar competitiva, económica y fiscalmente a sus países miembros como  es el caso de la OCDE y su apéndice el FORO GLOBAL.   En este sentido el tan “cacareado estándar OCDE”  es solo eso, un estándar para los países OCDE y no puede ser impuesto a ningún país en contra de su voluntad y es esto lo que pretende Pascal Sain Amans.   EL Presidente Varela fue enfático al rechazar dicho estándar OCDE, que entre otras cosas obliga a los países a firmar “a la carrera” acuerdos tributarios con todos los países que se lo pidan sin poder tomar en cuenta el interés nacional ya que esto significaría entregarle gratuitamente a la OCDE nuestra soberanía fiscal y financiera. El Presidente JCV fue claro al decir que:   “Este intercambio tendrá que estar condicionado a que, conforme a la capacidad y circunstancias nacionales y el entorno geo político internacional, se respete el derecho de cada país de tomar las medidas que considere necesarias para garantizar que el intercambio automático de información, que persigue el bien común, no sea mal utilizado para perjudicar la competitividad de unos países en perjuicio de otros.” En otras palabras Panamá en ejercicio de su “SOBERANIA” se reserva el derecho de escoger con que países firma, y de hacerlo como sería el intercambio de información – automático o a requerimiento- siempre pensando en el internes nacional y no en el interés de la OCDE que es lo que insinúa sarcásticamente Sain Amans en su entrevista.

En cuanto a su “insinuación” de que Panamá ha asumido un compromiso con la OCDE y por lo tanto estamos “obligados a implementarlo” es otra gran falacia  y una prueba del alto grado de mitomanía que tiene este señor.   El único compromiso que Panamá tiene con la OCDE es el que se refleja en la nota que te adjunto, con fecha del 15 de abril de 2002 donde el entonces Ministro de Economía y Finanzas, Norberto Delgado Durán, le informa al entonces Secretario General de la OCDE su disposición de cooperar con la OCDE bajo ciertas condiciones una de las cuales, es que dicho compromiso “…se formula sin perjuicio de la autonomía de la República de Panamá de aplicar el sistema tributario más adecuado a sus intereses económicos fundamentales, por cuanto la  protección de los mismos es materia de seguridad pública.” No es como afirma Sain Amans de un compromiso al “estándar OCDE” así no más y es qye el problema del “estándar OCDE”  es que este cambia según el criterio o humor de Pascal SAin AMans, a tal punto que empezó de un intercambio a requerimiento con al menos 12 países a tener que cambiar información con cualquier país que me lo pida sin la facultad de Panamá de negar dicha solicitud bajo ninguna circunstancia y esto es disminuir nuestra “SOBERANIA”.

Para concluir, hay dos puntos que me preocupan seriamente que se desprenden de dicha entrevista y son las amenazas no tan “veladas” que lanzó Saint-Amans y espero que la Cancillería de Panamá se haya dado cuenta de esto.  La primera es cuando dice que Panamá, a pesar de la recomendación del “grupo de revisión paritaria” del Foro Global  para que pasara a la Fase 2, esto todavía no es seguro ya que tienen que votar los otros 127 países miembros e insinúa sutilmente que  el “anuncio prematuro” de Panamá de haber pasado a la FASE 2 puede que nos afecte por supuestamente haber “roto reglas de confidencialidad” que yo me atrevo a decir que NADIE CONOCE NI SABEN DOND ESTAN. Y es este uno de los problemas más graves que tiene la OCDE y el FORO GLOBAL ya que NO HAY REGLAS CLARAS DE APLICACIONES GENERAL sino que estas se van inventando y modificando a criterio de la OCDE sin tomar en cuenta al resto de los países, en especial a los que como, Panamá, no pertenecemos a dicho “Club.”.  La segunda amenaza es más grave aún e indicativa de las serias tendencias totalitarias que hay en la mente de este señor con complejo de Napoleón.     Dijo claramente que en caso de Panamá pasar a la FASE 2,  para poder superarla, tendrá que firmar más tratados de intercambio de información, como si el poder público, que es donde radica la soberanía de los pueblos –  no emanara del pueblo panameño sino de él o de la OCDE  – y esto es gravísimo – y segundo dijo textualmente “…Entiendo que se espera que para el final de la FASE 2 debería haber un acuerdo con Colombia si Panamá quiere reafirmar el progreso hecho”. Esto demuestra que la OCDE siempre estuvo detrás de Colombia cuando nos catalogó como “paraíso fiscal” y que hoy, más que ayer, el interés nacional nos tiene que llevar a la conclusión de que PANAMA NO DEBE SEGUIR PARTICIPANDO del FORO GLOBAL ni mucho menos con la OCDE en temas de intercambio de información ni ningún otro y debe insistir de manera clara, enérgica e inequívoca que no permitirá que la OCDE ni ningún otro organismo pretende disminuir o debilitar la “soberanía” nacional ni el principio de la “igualdad jurídica” de los estados y que en reconocimiento al derecho internacional público los temas la firma de tratados tributarios, migratorios, comerciales, aduaneros y de cualquier otra índole se manejarán de manera bilateral y en caso de entrar a discutir estos temas de manera multilateral estará dispuesto a hacerlo solo si estas discusiones se llevan en la ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS que al final sí es un foro representativo del concierto de naciones y además es un organismo que su columna vertebral está sustentada en los principios de derecho internacional Publio a los cuales Panamá no debe nunca de renunciar.

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